11 enero, 2022

AECID en Paraguay

Marco Asociación País (MAP) 2020-2023

 

La Cooperación Española, en estrecho diálogo y negociación con las instituciones de Paraguay, en el marco del Convenio General Básico de Cooperación Científica, Técnica y Cultural, firmado el 7 de febrero de 1990, han elaborado el nuevo Marco de Asociación País (MAP) que define las prioridades estratégicas en las que se concentrará la Cooperación Hispano-Paraguaya para el periodo 2020-2023. El MAP tiene el objetivo de contribuir al desarrollo humano sostenible y a la erradicación de la pobreza en Paraguay de manera alineada con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y el Plan Nacional de Desarrollo 2030 de Paraguay.

 

Como fruto de los procesos de diálogo con todos los actores implicados, en este MAP han quedado establecidos los objetivos y resultados de desarrollo a los que se contribuirá, el rol que va a desempeñar cada actor de la cooperación, las modalidades e instrumentos que se utilizarán, los recursos previstos y los mecanismos de seguimiento, evaluación y rendición de cuentas. De esta forma, a través del MAP se pretende impulsar una mayor apropiación, alineamiento, armonización, previsibilidad y coherencia de las intervenciones de la Cooperación Española (CE) en Paraguay.

 

Durante las últimas dos décadas, Paraguay ha experimentado un fuerte crecimiento económico, debido en parte al auge de las exportaciones de productos agropecuarios (principalmente la soja y la carne bovina) con los buenos precios obtenidos en el mercado internacional y al potencial hidroeléctrico del país que le ha convertido en el mayor exportador de electricidad limpia del mundo. La mejora de la situación económica ha permitido reducir la pobreza (desde 2003, la pobreza total y la extrema disminuyeron en 49 y 65 por ciento, respectivamente), ampliar la clase media (casi se ha duplicado desde 2003, alcanzando a un 38% de la población total) y aumentar progresivamente el bienestar de la ciudadanía en ámbitos como el acceso a los servicios de salud o el aumento en la cobertura de educación y protección social. Estos datos económicos favorables han conducido a que Paraguay pase a ser considerado desde el año 2017 como un país de Desarrollo Humano Alto y de Renta Media Alta.

 

Sin embargo, a pesar de los buenos resultados en varias dimensiones del desarrollo en los últimos años, Paraguay enfrenta importantes retos a medio plazo para sostener el desempeño económico, hacer más inclusivo y equitativo el modelo de desarrollo en un marco de mayor democracia y respeto a los derechos humanos, reducir aún más los niveles de pobreza, combatir las grandes desigualdades, mejorar el acceso a servicios sociales básicos y generar oportunidades económicas para todos los estratos sociales. 

 

Concretamente, en el ámbito social, el país enfrenta importantes desafíos en el sector de la salud, ya que a pesar de las mejoras experimentadas en los últimos años, aún se mantienen importantes déficits en el acceso y la cobertura de la atención sanitaria, que afectan de manera más específica a las mujeres y a la población de las zonas rurales, con la persistencia de elevados índices de mortalidad materno-infantil. En lo que se refiere a educación, todavía hay numerosos retos, destacándose la necesidad de mejorar la calidad educativa, que se traduzca en un incremento – en cantidad y en calidad – de las competencias asumidas por los alumnos y, especialmente, en el sistema de formación profesional que mejore su orientación hacia la empleabilidad de los jóvenes.

 

En lo que relativo al desarrollo territorial, la falta de un adecuado ordenamiento del territorio ha generado la proliferación de asentamientos informales con un acceso limitado a servicios públicos y una importante degradación ambiental, patrimonial y urbanística. Análogamente, pese a los avances en la cobertura de agua potable, aún un 22% de la población no tiene acceso a la misma. Por lo que se refiere al saneamiento, el país presenta niveles muy bajos de tratamiento de aguas residuales (sólo 12.2% con acceso a alcantarillado sanitario y 2% tratamiento de efluentes) y una elevada contaminación de los recursos hídricos, lo cual conlleva riesgos claros para la salud y el medio ambiente.

 

En el ámbito económico, a pesar del crecimiento económico experimentado en los últimos años, son numerosos los retos que enfrenta el país, tales como la insuficiente diversificación de la matriz productiva nacional, la limitada competitividad de su economía, el escaso desarrollo en innovación, la baja productividad de los productores de pequeña escala y las elevadas tasas de informalidad laboral que alcanzan aproximadamente el 65% (con estimaciones de más de 80% en la economía rural).

 

En el ámbito político e institucional, el país presenta cierta estabilidad política y ha avanzado en fortalecer las instituciones que componen el Estado de Derecho. En este contexto, los principales desafíos se refieren a la mejora del acceso a la justicia, la plena realización de los derechos humanos, especialmente para los grupos en situación de exclusión, el fortalecimiento de las capacidades y la mejora de la transparencia y la rendición de cuentas de la administración pública. Existen también retos derivados de la escasa descentralización de competencias a los territorios, persistiendo un elevado nivel de centralismo estatal en la gestión de las políticas públicas, lo cual tiene un impacto directo sobre los servicios sociales ofertados a los ciudadanos.

 

Por otro lado, la situación de la mujer en Paraguay presenta notables brechas en el acceso a la salud, educación, trabajo, remuneración y especialmente en los espacios de participación y representación. La violencia de género sigue siendo un problema de gran magnitud, con un importante incremento de víctimas mortales al año y miles de casos reportados de violencias contra las mujeres. También, resulta alarmante que uno de cada cuatro embarazos en el país se produzca en la adolescencia, impactando de manera directa en las oportunidades de desarrollo a futuro de esas mujeres.

 

Para hacer frente a estos desafíos, Paraguay ha adoptado la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas como política pública del Gobierno Nacional, comprometiéndose a implementarla y a alinear la planificación nacional con la misma. Para ello, se ha creado en 2016 la Comisión ODS Paraguay 2030, instancia encargada de la implementación, seguimiento y monitoreo de los compromisos internacionales asumidos por el país en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con el apoyo de dicha Comisión, se ha presentado en 2018 el primer Examen Nacional Voluntario sobre los avances en la implementación de la Agenda 2030 en el país y se actualizó en el transcurso del año 2019 el Plan Nacional de Desarrollo para alinearlo a los ODS y sus respectivas metas.

 

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